Condiciones cognitivas y valor ecológico

 

 

 

Validez ecológica, cognición y riesgo.


En las civilizaciones no industriales, existen o han existido practicas y razonamientos tanto instintivos como gradualmente conscientes respecto a la calidad del medio ambiente, el mantenimiento de su condición original o natural y a la necesidad de un cierto grado de cuidado del entorno natural, para evitar, los riesgos inmediatos o posteriores de perder definitivamente los bienes naturales y proporcionales obtenidos bajo perspectivas de espacio y tiempo específicos y/o para evitar las catástrofes que estas condiciones podrían originar. Este sentido común o consciencia de la realidad dinámica del entorno, se habían desarrollado en el ser humano, como algo inherente y algo armónico a sus relaciones con la naturaleza. (13)

Nociones e ideas más concretas respecto a la relación riesgo, sociedad y naturaleza, ha sido propuestas en occidente por Beck, Giddens y Luhmann. (14) En este caso y entonces se plantea la existencia de una sociedad del riesgo como una forma de identificar el tiempo posterior a la etapa netamente industrialista. Estos autores aportan elementos empíricos a la relación entre seguridad y riesgo, propios de una sociedad tecnológicamente avanzada, la cual ha ido ocupando tantos espacios geográficos, que su acción y sus consecuencias deben ser consideradas como globales y no selectivas.

La sociedad del riesgo, en este caso seria una nueva etapa histórica que reemplaza la de la sociedad industrial, la cual estuvo concentrada en su lógica de producción y reparto, relativamente reducido, de riesgos. (15)

Dada la condición de los riesgos actuales, por su magnitud, su universalidad y su especializado carácter, su detección necesita de conocimientos que abarcan varias disciplinas, una infraestructura técnica y una imparcial y paciente indagación científica. En este caso los riesgos no pueden ser imputados al medio o a las condiciones externas, su origen es producto de la naturaleza tecnológica o socializada de las acciones humanas.

De acuerdo a Beck, a partir de la sociedad del riesgo, la naturaleza pasa a ser socializada y por ello:

"El reverso de la naturaleza socializada es la socialización de la destrucción de la naturaleza".

En los términos de la teoría de sistemas, el sistema social, visto desde "una atmósfera cognitiva que lo observa" pasa a incluir el entorno natural como el entorno de un fenómeno social.

Es entonces cuando los riesgos, con su dinámica propia, pasan a ser dinámicos en el sistema autopoiético de la sociedad y por ello se extienden en todo su conjunto y se hacen de carácter autoreferencial. En este caso, al comparar el reparto de riesgos, en la sociedad industrial, siguen estos, el principio de "Las riquezas se acumulan arriba, los riesgos abajo". La seguridad, se puede comprar y de allí obtener una cierta libertad respecto al riesgo, una situación que se hace continua y agravada hoy, si tomamos en cuenta la problemática analizada al inicio de este capitulo, respecto al trabajo o la falta de el y las nuevas formas de información artificial y conocimiento muy especializado reemplazando, las de carácter natural, lo cual incluye la crisis del proceso cognitivo y del trabajo humano. (16)

Claro esta, que el paso a la sociedad de riesgos, a diferencia del planteamiento original de su autor, (17) se debe entender, como un nuevo agregado a las consecuencias, alteraciones y riesgos ya existentes, es decir a los de carácter económico industrial. Es también en este sentido, que el conocimiento oportuno, adecuado y a tiempo de las condiciones de riesgo posibles de neutralizar, pasa a ser de importancia estratégica en lo económico, teniendo en cuenta las necesidades del costo y ganancias que caracterizan el paradigma económico actual. Naturalmente esta apreciación esta dirigida a salvaguardar al sistema económico como conjunto global y por ello, ve con menos preocupación la supervivencia propia de los sistemas sociales dentro del marco de la sociedad del riesgo global.

La problemática de una sociedad de riesgos, puede llevarnos a una modernidad reflexiva como la de Beck. Esto es, hacía una forma de buscar soluciones a las consecuencias probables pero no inevitables. Sin embargo este planteamiento no nos da un marco de referencia consecuente, mediante el cual se pueda llegar a un "objetivo correcto" a largo plazo, de desarrollo sostenible y con premisas evolutivas. Un marco de referencia de la magnitud de este, además de reflexivo, debe ser emergente y trascendental, tiene que estar en relación con nuestra forma de supervivir, de pensar y a actuar, y con la dinámica ecológica de nuestro entorno natural, el que para ser sostenible, debe continuar actuando como proyector de la vida y la evolución. Por esto se debe plantear una teoría y una base de acción, que además de observar y reflexionar sobre los riesgos globales, deba incluir el sentido y la perspectiva dedicada, sobre lo que se entiende por validez ecológica. Esto es, tiene que hacer factible evaluar la función de un sistema natural por su valor ecológico puro, y donde el riesgo artificialmente producido es o se hace prácticamente nulo. (18)

El término validez ecológica en este caso, busca aproximarse a la condición natural primaria, como una especie de primer valor de carácter ecológico. Se podría definir con una mayor aproximación, cuando y sí con este valor afirmamos que, el valor ecológico original (bruto) de nuestro entorno es aquel que existía en la naturaleza, antes de que los sistemas artificiales del ser humano, colonizaran e intervinieran en la dinámica de la naturaleza. (19)

Del mismo modo, bajo la perspectiva cognitiva, cuando el ser humano hace consciencia de todos los riesgos y efectos secundarios de su conducta artificial y es capaz de neutralizar o desarmar estos casi por completo, ha logrado este ser humano, una especie de valor ecológico neto. Allí el entorno natural gracias al actuar conscientemente ecológico vuelve a ser la fuente renovada de las condiciones y perspectivas de existencia biodiversa y homeostática. (20)

Fig. Todo intento por lograr un desarrollo integral sostenible, depende de la evaluación correcta de nuestra condición ecológica inicial, (bruta) en comparación a todas las alteraciones producidas por la "sociedad del riesgo global". Así desde allí, se puede proyectar una sociedad en busca de un valor ecológico neto.

Estos elementos de comparación dentro de lo que se debe comprender como validez ecológica, necesitan sin embargo de una expresión final de evaluación ecológica; aquella que hace posible y en el futuro el próximo salto evolutivo del ser humano.

A este tipo de nivel ecológico lo vamos a denominar como valor ecológico trascendental. Este valor, es la expresión máxima de un posible salto biohistórico y evolutivo de una especie o varias hacia un nuevo nivel de manifestación existencial, donde la facultad cognitiva, u otras desarrollan, se proyectan hacia el futuro, de modo tal que además de ser reflexivas, logran, comprender, trascender y dar nacimiento a un nuevo mundo conceptual, una nueva realidad con dimensiones más amplias en su negentropía. (21)

En la perspectiva histórica, el drama humano, iniciado por el crecimiento cuantitativo y/o acumulativo de carácter económico, primero lentamente con las sociedades agrícolas antes de Cristo, luego aceleradamente a partir de la denominada revolución industrial, tiene marcados antecedentes influidos por un violento sacudón psicológico e ideológico más que somático, inicialmente de carácter religioso, que con su fuerza doctrinaria, y como una especie de medicina demasiado fuerte para su tiempo, deja profundas huellas, pero poco cercanas o equivocadas interpretaciones de su contenido y de sus intenciones. (22)

Bajo la razón de ese terremoto ideológico, no en vano, se conserva con empeño nuestra era, en su condición de ser contada y festejada anualmente, a partir de la posible fecha del nacimiento de Cristo.

Y es desde luego a partir de una interpretación políticamente oportuna de la doctrina cristiana que se produce la mitificación y mistificación del reloj como de las maquinas que hacen de todo, dando como resultado el sometimiento del trabajo humano. (23)

Son los "milagros" de las maquinas los que enriquecen a ciertos seres humanos y es la riqueza aplicada como recurso de poder, la que utiliza el conocimiento humano asalariado para mejorar las maquinas. Es dentro de este orden más dogmático e ilógico que el anterior, de origen religioso, que se hace factible aceptar una realidad tan prefabricada y poco natural como la actual del dominio del mundo moderno. (24)

El "realismo" económico, tecnológico, normativo y político se impuso, de esta manera al servicio de un enorme sistema artificial cada vez más difícil de ser sostenido. Así se hizo imposible entender cosas tan simples como el hecho de que la acumulación que hacia del rico, rico, era la causa inevitable y el producto de la depauperación que hacia al pobre, pobre.

Menos factible se hizo el hecho de que el crecimiento de un sistema artificial, inevitablemente ocuparía y en su ocupación destruiría, tanto los espacios geográficos naturales, como los de la existencia dinámica del sistema natural.

Y aún peor, el no poder entender que una denominada sociedad del riesgo, no es simplemente una sociedad que ha llegado, o se acerca inevitablemente a su nivel de saturación global, sino que el riesgo pesa y actúa ya, con sus efectos primarios y secundarios. (25)

Cualquiera sea el propósito de un actuar reflexivo, este actuar no se puede detener a estudiar los mismos riesgos, en una atmósfera de trabajo dedicada a disminuir los riesgos que de por si pertenecen a un sistema autoreferencial donde son originados. El sistema aquel los seguirá creando, los acumulara, los perfeccionara hasta el día final, ese del colapso del sistema saturado.

En este sentido la perspectiva de riesgo de Beck, contempla además de la dinámica de cambios producto de la tecnología y la racionalización, esos riesgos que incluyen:

"El cambio de los caracteres sociales y de las biografías normales, de los estilos de vida y de las formas de amar, de las estructuras de influencia y de poder, de las formas políticas de opresión y de participación, de las concepciones de la realidad y de las normas cognitivas." (26)

Esto da ciertas pautas para una perspectiva cognitiva, donde se necesita de una completa revisión de la historia humana, del concepto de sus instrumentos como símbolos de progreso y su proyección futura en busca de la supervivencia. Es en esa revisión que se hace factible separar lo acumulado materialmente del conocimiento neto respecto a nuestro entorno natural, sus leyes físicas, químicas, biológicas y naturales, como un contenido cosmológico infológico y trascendental.

Es en esta revisión interdisciplinaria donde se pueden encontrar hechos o condiciones tan evidentes que se llega a desconfiar del sentido común que las observa.

Por ejemplo: hemos presentado y descrito las dos leyes físicas de la termodinámica sin percatarnos de que estas dos leyes son aplicables a todo cuanto se refiera a la materia y la energía en sus variadas formas, y por ello, el producto terminado, el material o el recurso acaparado o acumulado o trabajado en un lugar específico y que ha sido arrancado desde un sector espacial o geográfico específico diferente, da lugar a una polarización correspondiente: Un lugar sometido a su acumulación y el otro a su inevitable disminución o depauperación. ( primera ley termodinámica.)

Y el acaparar, acumular y producir artificialmente, da como producto, un aumento de la entropía en forma directa y proporcional. (segunda ley termodinámica) Esto explica con simpleza, lo absurdo de la riqueza frente a la pobreza, en la polarización social, económica, técnica y especialmente de interpretación mental que separa las naciones y las pone a todas al nivel del riesgo global. (27)

Una amplia interpretación de estas dos leyes físicas, confirman que la riqueza natural de nuestro planeta era bastante constante. ( Relación geofísica y biofísica ). Toda alteración originada por medio de artilugios externos a esa relación, originará siempre desequilibrios inmediatos o posteriores. Es decir el riesgo originado por el catalizador económico y/o la manipulación técnica, se irá a acumular y provocara diferentes niveles de ruptura sobre la totalidad del mundo natural como recurso vivo. Y esta nueva condición tiene diferentes grados de contaminación, lo que da lugar a nuevos riesgos, en una cadena sin fin hasta un nuevo punto de ruptura y así sucesivamente.

El sistema artificial va reemplazado el sistema natural, el ser vivo que vive en este sistema, se va adaptando a condiciones diferentes a las que existieron bajo un sistema ecológico de "valor bruto". Se ha ido formando una cultura no solamente de comportamiento, sino de características biológicas diferentes: Una cultura de cultivo artificial, en una atmósfera cognitiva reducida a la especialidad, a la rutina, a la norma y cada vez más contaminada por lo instrumental. Allí, en esa atmósfera social e infraestructural, cada individuo pasa a ser objeto de transformación, desde un posible y potencial desarrollo del libre albedrío a un albedrío estructurado y predeterminado. (28)

Proviene del capitulo: 9.2. Validez ecológica, conocimiento y sentido de riesgo.
Tesis "Condiciones cognitivas para un desarrollo sostenible". Julio Alberto Rodríguez.

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