Menos mal que no exigieron

en ese examen con tribuna

y tribunales sesudos,

me disfrazara de cuervo

o de frac. oscuro

con panza de cocodrilo.

Menos mal,

que aunque eran pocos

los que escucharon

el planteamiento de fondo,

supieron ellos

que la actitud era honesta

y no para ganar puntos

en el orden del gallinero.

Menos mal,

que los descendientes

de aquellos

que fueron colonizadores,

había comprendido las nuevas ideas,

y supieron entender

el alma de la independencia;

y se hermanaron con lo nuestro;

no así aquellos otros,

nórdicos hasta en la sopa,

que decidieron rebuscar

las cinco patas al gato

y aunque poco sabían de lengua

la lengua utilizaron

para juzgar aquello

que poco necesitaba de lenguas

y sí mucho del entendimiento.

Menos mal que no exigieron

que me disfrazara con realeza

y humillantemente forzado

para recibir con honor,

el cartón que me asignaron,

ya que con él, muy difíciles se hicieron

los portones

del mercado del trabajo,

sea por mi piel color canela,

por mi cabeza, aún de pelo negro

o por la incongruencia

de un titulo académico sueco

en manos de un tercermundista.

Y Menos mal que aún quedan

aquellos amigos,

que no miran lo sucedido

de escalar por cuerdas flojas

en un Reino de estructurados racistas

como un intento

de pasarse al otro bando.