A Cochabamba me iré

Y no sin apuro, si puedo,

pasando por Barranquilla

Donde estuvo,

La sueca Pernilla

Trabajando para el SIDA.

Pero oigo y siento,

siempre desde Santiago,

como en una pesadilla

crónica y desesperada

un lamento,

un llamado a la rebeldía.

Veo, oigo y siento,

Un presidente heroico

Asesinado vilmente.

Y su voz resonando

Por las grandes alamedas.

Y si paso por Lima

sintiendo un terrible frío,

bajo la inmensa sombra

de tantos vende patrias mestizos.

Calor seria, al sentir la paz

De incontables

humildes asesinados.

Habría querido, si retorno,

correr, sonreír y abrazar

todos los seres queridos,

frente a un arribo improvisado.

Con la inocencia de ayer,

casi como el recuerdo de antes,

con la alegría inocente en el cuerpo.

Imposible,

Hay un dolor que me persigue

Cada día y cada noche.

¿soy yo acaso alguien,

en esta tierra continental

tan perdida y humillada?

A Cochabamba me iré,

si retorno,

pero cuando veo la imagen del Che,

por los caminos de tierra

Y el caudal, aquel cristalino,

destruido

del amor y la hermandad,

ya no es nostalgia la que siento,

ya no es paz en las quebradas.

Es el sabor y la amargura

de la sangre

que espera por siglos justicia.