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Pijante
Pujante el pálido hombrecito del norte llevaba sus enormes banderas al sur, pensante no pudo estar y tampoco existir. Por la codicia, su cerebro, era un simple soporte y sus impulsos primitivos lo hacían padecer por siempre.
Picante, tampoco estaba ni en su porte. En su insípida presencia no decía sino; sir y cuando hablaba con sus comandos del sur, no sabia donde el sur o en oeste estaba su poca definición de ser.
Un día llego a escuchar a un aborigen de nativa ciencia y mucha conciencia; quien le pudo susurrar que su extraña injerencia era muy degenerada y que veía la existencia de su norte de pacotilla como un inhumano mundo de abuso gigante y que este era de carácter pijante.
(Pijante= bestial e indignante)
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