Por causas, aún no conocidas,

un perro de normal existencia

alegre y tercermundista,

atravesó en un avión, los mares que separan

dos masas continentales.

Un perro alegre, retozón,

atrevido y natural había llegado finalmente

a la moderna, insípida e inodora

Europa del norte.

Cuando el avión fue conectado

a los túneles automáticos;

Para por un lado, escupir

con eficacia pasajeros

y por el otro,

maletas trastos y otros enceres,

el perro, casi como bestia fantasmal,

aparecida

de entre los trastos,

asusto terriblemente

a la entrenada policía aduanera

que pego tremendo chillido.

La alarma resonó

con un eco entre los túneles,

- Terrorismo - gritaron muchos

disparados,

en todas las direcciones.

Y aunque fueron muchos

Los policías entrenados,

que trataron de aniquilar a ese perro,

de natural alcurnia

con alma de aventurero;

las armas de alta tecnología;

no fueron tan eficaces.

Aquel animal

de antecedente vital

logró entre maletas y trastos, escabullirse,

Dejando en su largo recorrido

una enorme cantidad de pulgas.

Se cuenta como algo histórico,

en este caso de razón histérica,

que todos los aduaneros,

participantes en la aventura

se hallan aún ahora encerrados

en una muy larga cuarentena,

para detener en ellos,

todas las pulgas que venian como asiladas.

Se dice además

que una distinguida enfermera

que estuvo en el lugar de los hechos,

orgullosa de su blanca piel

de flor sin manchas,

no pudo casarse con un doctor

por las huellas

que las pulgas dejaron,

en su imperdonable camino.

No sabemos aún cuales serán

las medidas de guerra tomadas

o las  políticas consecuencias

primarias o secundarias,

que un perro libre, de tercer mundo, pueda dejar

Y pensando en esa su gente

ya sobrecargada en el estrés

de sus túneles de artificio,

fueron llamados a un encuentro

de crisis, sus actores influyentes

sus psicólogos con medidas

contra la inmigración general,

que despertó sus estados de nervios,

psicopatológicos y crónicos.