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Poesía Crítica. |
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Nostalgia ANDINA.
En el espacio reducido de una butaca de aquel avión de pasajeros, al parecer de tercera clase, arrinconado, sacudido, fui camino, al tercer mundo.
Las horas se hicieron eternas, era la sensación del saber, era la emoción del volver a ver, a palpitar, a cantar y llorar, al unísono con las voces secretas y publicas de mi querida tierra natal.
Fueron treinta y cinco años de exilio no voluntario. Fue el peso de una cultura que no era la mía.
Quien habría de entender que las zampoñas, el charango y la quena, vibran y solo resuenan en el corazón, de una manera muy especial cuando uno ha nacido con ellas.
El viento frío del Altiplano, recorriendo la inmensa llanura solitaria, fue mas bien como el susurro de una madre, que aunque enferma, abraza, con ternura aquel hijo, alejado y perdido, que venia del otro lado del mundo.
Añoranza, nostalgia y penas se juntaron porque además de sentir, pude vivir y compartir con intensidad desesperada el triste caminar de mi pueblo que una y otra vez carga sobre sí, el yugo de una cruz al igual que las de un Cristo, una y otra vez resucitado.
------------------------------------- (Actualizado 1/5/2006) |