prepotente, compulsiva y abusiva.

Esa que usa pasta de dientes

con el nombre democracia.

Esos entes,

que se refriegan con el barro de las finanzas,

para tragarse después la inocencia,

aquella mezcla bastarda

con instintos primitivos.

Esa gente, con desprecio a lo humano,

lo natural, lo solidario y lo humilde.

Tiene locura

del enriquecimiento.

No es extraño

Que esa gente,

Tenga aquellos dientes,

extraños, artificiales

ya sin función como dientes,

más bien convertidos en fauces,

quizás terribles colmillos,

que solo pueden expresar,

las muecas de una bestia de oscuro destino

señalados por sus gestos de carácter diabólico.

Esa gente,

que se baña en aguas industriales,

como honorable adelanto

a su pretendido desarrollo.

Esa gente que aprendió a toser

con gracia la palabra libertad,

emanando azufre,

radioactividad y muerte.

Esa gente,

Que a su modelo de vida

lo ha llamado democracia,

sueña  y vive

en su apestada conducta

de cada día,  en su reducido espacio,

y ponernos a todos quieren

bajo el yugo de su magnifica cloaca