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Poesía Crítica. |
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Mónica de Suecia
Si aquella que viene, es Mónica; Monica la que apresurada se acerca en su movimiento rectilíneo, siento ya el frío del sentir y el murmullo de las sombras.
Mónica; soberana sonrisa, de gigantescos esfuerzos, con quien descubrí las tristezas de jardines muy cercados en conversaciones rutina de robot o de alma perdida.
Ella, Mónica, bonita bomba potente de emociones comprimidas, refrigeradas con calculo y algebraicos disparates. Quizá producto de mecanismos reemplazantes a los padres sin instinto o de hombres inhumanos responsables o irresponsables de un mecanismo social.
Ella, Mónica, la que se acerca, lejana, cercana, insegura como una cuerda muy tensa para poder en control vivir el día a día, con la dosis exacta de tranquilizantes.
Mónica, Mónica que en su presencia, pude experimentar la ausencia y en sus sombras, un fantasma que gritaba sus lamentos en un tiempo contenido, sin haber en humanidad, con alma natural y entusiasmo compartidos.
------------------------------------- (Actualizado 1/5/2006)
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