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Poesía Crítica. |
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La espontaneidad
La veía venir siempre entre las hojas, del tupido bosque de extraños aromas y el viento variable de aquella zona nórdica terrible, de artificios crónicos constantes.
Desde lejos, parecía muy bella, pero después quedaban mis terribles dudas, Incluso parecía, ella, desproporcionada; Acumulada en ciertos lugares del alma, más que inadecuados, según normas.
En la apariencia de los valores marcados, de una vida de costumbres y de normas hechas de pacotilla la había visto a ella, en su perfecta, pero única desarmonía.
Al encontrar su mirada, la mía, encontré su rostro dulce de amores de selva, y junto a sus ojos de profundidad sin fin, descubrí un mar de rebeliones, que desarmaron mis visiones preparadas, hasta lograr quitarme de aquellas cadenas en mi alma de esclavo importado.
No me pregunto la hora, Como cualquier transeúnte De tiempos mecánicos, con sed de Coca Cola o de angustias de hamburguesas.
Me pregunto, si había visto una altiva ola, seguida de sus hermanas. ¿Una ola en este o aquel otro lugar lleno de artificios? Y además seguida de todas esas hermanas.
Mire su diáfano rostro y en su sincera sonrisa, escuche primero el mar como sí mis pies estuvieran ya en sus orillas y después pude plenamente, vivir aquellas olas en su abrazo de humilde hermandad humana.
------------------------------------- (Actualizado 7/08/2011) |