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Poesía Crítica. |
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El artista
Era una tarde de almas cansadas, húmeda, lluviosa y triste, cuando aquel hombre con piel de sol, ilumino, con sus sonidos autóctonos el cargado rostro de quienes lo escuchaban. Y aunque las sombras y el sonido mecánicos de los muertos vivos retumbaba como golpes sobre aquel abismal túnel, el artista, lleno los rostros pálidos, en su original momento de luz para dejar en su paso musical un recuerdo humano del sentir de cosas buenas.
Era una tarde, que se hacia noche donde por un momento el alma en el cuerpo, se acordó de su existencia, ante el sincero lamento solitario aunque al instante, humanamente compartido. Era un artista y un instante, permitiendo un corto sabor de vida en un mundo de tantas ausencias vendidas, compradas, y con su afán de muertos vivos.
----------- (Actualizado 1/10/2007) |