Aspectos ideológicos: El DOMINIO de la legitimidad (9)

 

 - Mundos de tercera, legitimados y antagónicos.

Al mismo tiempo que todas las ideas anteriores, sobre el desarrollo y sobre lo que acontece en nuestras vidas, tienen un cierto grado de legitimidad, las vivencias no explicadas por el aparato conceptual del objetivismo, del realismo empírico o el de los intereses regionales de un primer mundo, pueden llegar a ser consideradas como cuestiones de fe, esoterismo, barbarie o ignorancia, si estas provienen de la periferia.

Sobre todo en este sentido, muchas de las vivencias o experiencias provenientes del mundo "subdesarrollado", aquellas que no puedan ser explicadas por el marco pragmático del orden establecido, pierden sentido o valor al ser explicadas en cualquier documento científico occidental, ya que estas se salen de marco de sus reglas positivistas.

Pensamientos, ideas y acciones prácticas en torno al problema de la dependencia e independencia nacional o regional de "periferia", aquella en torno al desarrollo del colectivo de sus semejantes periféricos, impregnan la existencia de ese mundo ajeno. Existencias que buscaron y buscan constantemente encontrar identidad dentro de mundos de tercer orden, o inclusive de cuarto orden, si se toma en cuenta el derecho a la existencia, la legitimidad de ideas y la calidad de vida del marginado aborigen. (82)

 En esa vida diaria, con frecuencia muy confusa, se ha tratado de descubrir todos los factores en torno al desarrollo, entendiendo que pensar y sentir en busca de respuestas contundentes y no programadas es fundamental para el existir actual y futuro. Fue y es entonces, que muchos, en ese mundo tan alejado, de la "civilización", aquella del gran bienestar y desarrollo material de primer orden, buscaron y buscan estudiar lo que es avance y evolución con mayor seriedad que las posibilidades de integración al crecimiento material, social o étnico dominante, y establecido para ser nicho de bienestar reducido a un privilegio o convertido en "identidad". (83) Identidad de clases y de jerarquías y mundos, con diferentes grados de bienestar material que no tienen mucho sentido, cuando se trata de dar prioridad a la premisa de identidad humana dentro de amplias márgenes territoriales y social ecológicas, a diferencia de las que convirtieron al tercer y al cuarto mundo en lo que son.

La urgencia que surge en las mayorías de aquellos mundos, clasificados por una perspectiva económica, tampoco son solo impulsos pragmáticos de satisfacer las necesidades básicas e inmediatas de comida, educación, salud, vivienda y trabajo. Idea "civilizada" que supone definir el grado de satisfacción "humana" estandarizada y delimitada a la condición animal, como desarrollo.
En la desconfianza hacia lo que esta comprendido en ese mundo conceptual de lo no explicable por el marco de ideas, legitimante y determinista de los conceptos políticos, económicos y académicos del primer mundo, es que este se divorcia, en sus ideas y su acción, de la denominada periferia. Esa periferia no es solo extrema pobreza, es mucho más, es según el "mundo civilizado", el foco de la extrema ignorancia: es un "agujero negro" del Universo del saber y por ello, entonces, se hace necesaria la intervención de lo civilizado. (84)
Este circulo vicioso iniciado por el colonialismo, se fue perfeccionando en el pasaje del tiempo. El colonialismo sobre la periferia, fue solamente un punto de partida, en el camino de conquistas de lo civilizado sobre lo no civilizado.
Los colonizadores de "la periferia" se consideraban portadores de la cultura, el desarrollo y la ciencia, los pobladores autóctonos de aquellas tierras, fueron y son atragantados con ellas.
Para que aquel sistema cultural, pueda ser "respirado, transpirado, amado y experimentado por todos y cada día", vinieron para quedarse, los administradores, los señores feudales, sus virreyes, sus enfermedades, pero sobre todo sus armadas y su soldadesca.

La "elite" europea (como fuerza de ocupación) fue con el tiempo y las aguas, dando lugar a sus descendientes, mezclados o no.

Cada generación, de esa descendiente "elite europea" en esa periferia, fue tergiversando la realidad de sus "madres patrias", porque no fueron una o dos las naciones europeas que empezaron el saqueo del hoy denominado tercer mundo, sino todas en conjunto, y unas mas que las otras. Esa elite de imitadores nacidos en tierra extraña, en la medida que arrancaban los recursos para mandarlos afuera, menos sentido veía a su estúpida labor de mayordomos. Su complejo de "medias aguas" o de inferioridad, fue creciendo para descargarse, con frecuencia en forma de un odio bestial e inconsciente contra el autóctono, sus tradiciones y su cultura.

La periferia, fue colonia y sigue siendo colonia; ya que el invasor europeo convertido en ocupante se queda allí, he impuso, su "modus vivendi" durante todas estas generaciones.

El saqueo de aquel mundo se fue "perfeccionando", después de las llamadas guerras de la independencia, las cuales no fueron guerras de desocupación y de descolonización, dieron paso a la neo-colonización bajo la égida de las elites criollas. (85)
Cuando el "colonialismo" de Europa inició ese colosal saqueo de los recursos naturales de las colonias, fueron sus habilidades de piratería, sus ideas técnicas, sus teorías, su economía, la hipocresía de sus instituciones religiosas, su organización y su "arte de la guerra" las que se aplicaron para realizar el proyecto.
Esta cultura de depredación no pudo nunca comprender la amistad con que los "primitivos" los recibieron. Los colonizadores interpretaron la amigabilidad de los pobladores como cobardía y su sencillez como barbarismo.
La historia del colonialismo, del mismo modo que la mayoría de las teorías geopolíticas occidentales sobre el desarrollo, son historias adecuadas y construidas por el primer mundo y no propias del llamado "tercer mundo".
La historia occidental legitima como decisivo el proceso de la independencia en las colonias. Esta es solo una interpretación de la historia.
Para poder analizar el problema de la dependencia, debe uno desenterrar las raíces profundas de esa dependencia. Con esa problemática por delante puede entonces cualquiera, ver que el tercer mundo, nunca perdió su papel de mundo ocupado. Como tal no se le puede dar una historia propia, la historia de la dependencia de los mundos colonizados, no es una historia propia de esos continentes, es una historia de responsabilidades propia del centro de la civilización actual. (86)
Como vemos, de este modo, la ideología general del colonialismo se incrustó en el tercer mundo, no solo para dominar, sino para crecer y hacerse efectiva.
Además de las elites descendientes, vinieron nuevas corrientes de inmigrantes, muchos de ellos, visitantes del oportunismo, en busca de ganancias rápidas. Con el mayor interés llegaron las multinacionales y los organismos de ayuda, para iniciar un enorme endeudamiento, que junto al continuo saqueo, hoy divide a los pobres y los ricos, y esto implica una permanente, desequilibrada y creciente transferencia de los unos a los otros. (87)
Se escribe con gran sinceridad sobre "las venas abiertas de América Latina", "los pueblos predestinados de Africa", o la " superpoblación del Asia", pero nada a cambiado en los crecientes mecanismos de explotación de Occidente, mecanismos que hacen que millones, hoy en día, mueren de hambre o enfermedades en la periferia más próxima al centro, mientras enormes cantidades de productos básicos, se pudren, son quemados o se usan como alimentación de ganado en el rebaño propio de Occidente. (88)
La miseria o la hambruna de Africa o América Latina son vistas en Occidente como "catástrofes naturales" o problemas originados por los conflictos internos y no como consecuencia de la polarización global, por ello se habla de "solidaridad voluntaria" y no de obligación y responsabilidad directa.
La directa relación entre la incapacidad de crear un sistema de auto abastecimiento continental propio en cada región con la violencia económico - cultural y militar de Occidente, impuesta para proseguir con la polarización entre la periferia y el "centro", nunca ha llegado a ser discutida seriamente como la causa de esta enorme desproporción que mata millones de seres humanos cada año. El reconocimiento de la causa anteriormente señalada, implicaría el reconocimiento de una responsabilidad de enormes proporciones históricas. (89)
El progreso conseguido por la revolución industrial y los mecanismos de mercado en Europa y después en el llamado occidente, amplificaron las fuerzas y los medios de presión colonial, a pesar de aquello, ya no se denominaba colonialismo, sino "reglas de libre mercado". Ese proceso junto a la violencia estructural creada para reprimir y aislar naciones que realmente buscaban su independencia, hizo que los "pobres" se hicieran más pobres y los ricos, extremadamente ricos. El nivel de la esclavitud de hoy no es el de una esclavitud individual, sino el de naciones enteras. (90)
Desde la perspectiva "pragmática" de occidente, el genocidio y la destrucción de incontables nichos ecológicos de la periferia, no es considerado como problemas fundamentales, sino que se justifican, como hechos tristes pero necesarios para el "progreso" y el crecimiento de la "civilización".

Ha sido solo en estas ultimas cuatro décadas, que los países industrializados han comenzado a tomar consciencia ante la perspectiva de una catástrofe global.

El modelo de conquista iniciada por la economía del colonialismo, mejorada en el industrialismo permitió el perfeccionamiento del uso de la violencia directa, indirecta y estructural, usos "legitimados" de opresión y represión. Instrumentos de estructuración social que dieron lugar a una forma enfermiza de vivir la vida, jerarquizarla y después degradarla. (91)

Desde la perspectiva del conquistador, el centro vale más que la periferia, la cual, no es sino un recurso disponible y desechable.

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